En los Yoga Sutras de Patañjali, el yoga se define como "yogaḥ citta-vṛtti-nirodhaḥ": el yoga es la cesación de las fluctuaciones de la mente. En otras palabras, yoga es aprender a calmar y controlar los pensamientos, para poder conectarnos con nuestra verdadera naturaleza, que es conciencia pura, más allá del cuerpo y la mente.
Desde esta base surgen diferentes caminos para llegar a ese estado de plenitud, y tres se destacan con especial fuerza: el karma yoga, el jñāna yoga y el bhakti yoga.
Karma Yoga es el yoga de la acción consciente. Nos enseña cómo actuar en el mundo sin apego a los frutos de nuestras acciones, trabajando con responsabilidad pero sin egoísmo. Es el arte de servir sin perder la paz interior.
Jñāna Yoga es el camino del conocimiento y la sabiduría. Nos guía a discernir la realidad última, a desapegarnos de las ilusiones del mundo material, y a renunciar a lo que nos limita. Es un sendero profundo, a veces duro, que busca la liberación a través del entendimiento.
Bhakti Yoga, el yoga de la devoción, es el camino del amor. Nos invita a abrir el corazón y entregarnos al Supremo, a lo Divino que sustenta todo, desde la ternura, la confianza y la conexión íntima. Es un modo de vivir que transforma no solo la mente sino también las emociones, cultivando una relación viva con lo trascendental.
En la Bhagavad Gita, Krishna dice:
"Abandona todas las variedades de religiones y tan solo entrégate a Mí. Yo te liberaré de todas las reacciones pecaminosas. No temas." (18.66)
Este es el llamado a la entrega amorosa, que es el núcleo del Bhakti Yoga.
El canto del mahā-mantra — Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare — es una práctica fundamental para despertar ese amor y esa conciencia. Como explicó Prabhupada:
"El canto del santo nombre es el método más sencillo y efectivo para despertar nuestra conciencia original."
Así, mientras Karma Yoga nos muestra cómo actuar en el mundo con equilibrio, y Jñāna Yoga cómo desapegarnos y renunciar, Bhakti Yoga nos enseña cómo amar en el mundo con autenticidad y profundidad. No es un camino separado, sino el que da sentido y vida a todos los demás.
Para quienes se acercan, Bhakti Yoga puede parecer canto y ritual, pero para el practicante sincero es el camino hacia la verdadera libertad, la paz interior y la conexión con lo Supremo, aquí y ahora.